Para la pequeña comunidad de Gibara, Cuba, la muerte de la doctora del pueblo fue un suceso que conmocionó a todos. La historia comienza en el aniversario, acontecimiento en el que participa todo el mundo menos su marido quien, derribado por la pérdida, se encierra en la oscuridad de su cuarto. Poco a poco, la gente que lo rodea le va dando pequeños empujones para que vaya a visitar la tumba de su difunta mujer.
El corto recuerda la importancia de tener una comunidad fuerte cuyos integrantes se cuiden y se apoyen entre sí, para que cada individuo pueda crecer y seguir adelante.