Cholo Power
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Habrán notado que las paredes de las ciudades latinoamericanas, especialmente las del conourbano, no están libres de afiches de música popular, diseñados con colores flúo e impresos en papel basto.
Se pegan por la mañana y por la tarde ya hay otro que los tapa, expulsados del ojo del transeúnte por la lógica salvaje de los empresarios de cumbia y regetón.
Propuestas lisérgicas que forman parte de la serie b de la gráfica urbana y que nunca veremos en una Wallpaper o una Surface.
Hasta que llega alguien con el improbable nombre de Elliot Tupac y de repente hace visible lo invisible, con el arma más temible que hay: la inocencia.
Elliot parte de su amor por la gráfica. Punto. No quiere parecerse a nadie, simplemente quiere hacer bien lo que sabe hacer. Su papá hacía carteles para grupos de música y él, con 12 años, se hizo cargo del negocio familiar, añadiendo aquí y allá su amor por serifs, guardas y degradés. Tomo una técnica popular de comunicación y la elevó mediante su buen hacer, su buen gusto, sus mensajes simples y tiernos a un arte urbano de mucho cuidado.
De momento, ya salió en Creative Review y en Joia.
No me extrañaría que dentro poco sus diseños adornen los espacios cul de Williamsburg, el Mitte o el East End, donde los gringos beberán sus gimlets sin sospechar que, desde las paredes, los vigila el orgullo cholo.
Es la puta globalización, señores.
Sebas Alfie
Realizador de Publicidad y Director de Documentales.