Se dice que la música nunca tuvo su lugar dentro del movimiento surrealista, como lo tuvieron la pintura, la poesía o el cine, entre otros, porque a André Bretón, líder de dicho movimiento, no le gustaba la música. Sea verdad o no, lo cierto es que hay pocos artistas músicos a los que se les reconozca como surrealistas y la música raramente se describe como tal. Quizás porque nos cuesta atribuir sonidos a aquello que relacionamos con lo “surreal”, como los sueños y el inconsciente. De todas formas, existen artistas que han intentado crear música con estas características. Entre otros, y puede que sea el ejemplo más notable, está Captain Beefheart con su álbum Trout Mask Replica que se distingue por la aleatoriedad a la hora de tocar los instrumentos y sus letras carentes de sentido racional.

Hace unos días, el cineasta y figura surrealista más célebre del siglo XXI David Lynch publicó en su canal de YouTube David Lynch Theater un videoclip animado. Dos monigotes se mueven sin cesar al ritmo de una música lenta, oscura y tenebrosa que incorpora sonidos como truenos o el chillido de un cerdo. Éstos bailan sobre un paisaje de tinta derramada en blanco y negro que se estira y encoge rápidamente hasta el infinito. Todo mientras una voz grave repite cada tanto “I have a radio” (“Tengo una radio”) con subtítulos en japonés.

¿Puede ser ésta una muestra de música surrealista?