La prueba de vestuario
Memorias de un productor
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Es uso y costumbre que, unos días antes de rodar, se realice lo que en la jerga cinematográfica se denomina Prueba de Vestuario.
Dicho evento consiste en citar a todo o parte del elenco artístico con el que se rodará los días subsiguientes para probarles ropa, zapatos y complementos, de tal manera que se pueda tener el o los diferentes cambios de vestuario elegidos y aprobados para los días de rodaje. Parece sencillo y aparentemente no debiera tener demasiadas complicaciones pero…..
En la mayoría de los casos representantes de Agencia y Cliente son citados a dicha prueba y, si finalmente acuden a la cita con el director, nada de lo aparentemente rápido y sencillo sucederá de esa manera.
Generalmente, la gente que concurre a la prueba no está en condiciones de opinar si es mejor utilizar un determinado lente u otro diferente para obtener el efecto que se busca, o si el plano es mejor fijo o con un leve movimiento de carro, o incluso si la cámara debe estar colocada a la altura de la cintura o a la altura de la cabeza para obtener el mejor encuadre, y obviamente se abstiene de hacerlo….. Pero si se trata de opinar de la falda de nuestra prota, la camisa del actor principal o la bijuterie de la mano derecha de la secundaria que entra a plano y se cruza con ambos, el panorama cambia radicalmente y los concurrentes se convierten en “diseñadores de moda” que no pueden evitar emitir su opinión.
El director elige junto con la vestuarista 2 o 3 propuestas en función de la paleta de colores que quiere utilizar, el tipo de ropa que le sienta mejor a los actores, los accesorios que deberían llevar las actrices, etc, etc.
Pero cuando ese vestuario es compartido por el director con los representantes de Agencia y Cliente para elegir cual es el adecuado se suscita, en la mayoría de los casos, una catarata de opiniones contradictorias acerca de tal o cuál camisa, ésta u otra falda, ése o aquél pantalón que, al cabo de unos minutos, hace que el actor o actriz en cuestión tenga que cambiarse de ropa una y otra vez, al principio en el box destinado a tal efecto, y después del quinto o sexto cambio -y siempre y cuando no afecte la moral y buenas costumbres-, delante de todo el auditorio porque la paciencia de todos, incluso la del para entonces sufrido “maniquí”, llega al borde de lo soportable.
Finalmente, después de estas idas y venidas que se repiten una y otra vez con cada uno de los actores y actrices, es verdad que, de un modo casi “mágico” director, agencia y cliente llegan a un común acuerdo en cuanto a qué ropa utilizar para todas las secuencias del spot en cuestión….. Lo que no es óbice para que el día del rodaje las mismas partes involucradas vuelvan a cuestionar, por una u otra razón, algunos de los vestuarios elegidos, defendidos y aprobados por ellos mismos el día de la prueba.
Moraleja: Si quieres triunfar como vestuarista lleva al rodaje TODA la ropa que se utilizó en la prueba de vestuario, haya sido elegida o no…….